6'00 A.M.
Como cada mañana suena el despertador, después de remolonear un rato, me levanto, me aseo, me visto. Casi siempre uso zapatos planos los lunes, será por la pereza. Un vaso de agua y salgo de casa tras la llamada perdida de Lourdes
7'12 A.M.
Ficho un minuto después de la hora de entrada. Estoy seria, revuelta, nerviosa. No he dormido bien.
8'30 A.M.
Tengo mis listados sobre la mesa, acabo de apurar un capuccino de máquina, me llama Azucena al móvil. Qué raro.
- Dime.
- Sal corriendo, hay una amenaza de bomba.
No puedo creer lo que estoy escuchando, en mi departamento reina una paz absoluta. El silencio propio de las primeras horas de la mañana. Cuelgo y repito en voz alta el mensaje que acabo de oir. Nada ni nadie parece alarmarse. Segunda llamada.
- Baja ya!
Cojo el abrigo, el bolso, el móvil, ante una aparente normalidad... aunque la voz de mi hermana retumba angustiada en mi memoria más reciente.
Bajo las escaleras de manera tranquila pero sin perder velocidad, ya hay decenas de personas por los pasillos de ese edificio que cada dia odio más, al traspasar las puertas de emergencias el primer obstácuLo es un murete de hormigón, después un montícuLo empinado de yedra, finamente unas vallas que aún no sé de qué manera he conseguido saltar. Pánico en las caras, gente corriendo angustiada, dislocada, decenas de patrullas de policía, tedax, ambulancias, y una voz, "vamos, corriendo, esta a punto de estallar una bomba"...
Busco entre la gente la cara de mi hermana, nos encontramos, salimos corriendo aún pensando que no hay posible escapatoria, a un lado la calle cortada porque dicen hay un coche-bomba que aún no han localizado, al otro lado una gasolinera... nos encontramos con Lourdes, ya estamos las tres juntas, gracias a dios.
Salimos en dirección transversal camino de la carretera, el ruido de las sirenas se mezcla con el desconcierto de conductores y peatones. Ríos de gente asaltando parques, arcenes.
Lágrimas, móviles, caras de desamparo. Alguien dice que está previsto el estallido de la bomba a las 9'00 de la mañana.
Creemos estar fuera de peligro, al menos hemos recorrido alrededor de 1 kilómetro desde la zona acordonada. La onda expansiva nos toca la piel un instante antes de convertirse en un estruendo.
Todos pensamos lo mismo, "que no haya pasado nada a nadie, porfavor".
El pánico se convierte en ira, en coraje, "otra vez estos hijosde..."
Dicen que faltan por estallar un par de bombas más, dicen muchas cosas, no sabemos lo que está pasando, qué angustia.
No quiero recordar más momentos, pero ncesitaba soltar toda esa mierda que tantas veces he visto por televisión y hoy me ha tocado sentir tan cerca.
De lo que pienso sobre los terroristas, no tengo nada que decir que nadie sepa. Os odio.
4 comentarios:
coño!!!!!!!!
y eso???? joderrrrrrrrr, q miedo!!!!
menos mal madre!!! la piel de gallina se me ha puesto joer!!!
que fuerte!!!!!!!!!!!!
habia visto la noticia pero no habia caido en que vosotras estais trabajando por esa zona, que miedo debisteis pasar, bueno corazón pero menos mal que se ha quedado en un susto.
son unos hijos de puta, mira no puedo me pongo de los nervios con esta gentuza.
soy tu prima, te mando besitos reinamora.
Según te iba leyendo se me iban poniendo los pelos de punta.... Gracias a Dios que no ha habido victimas!!
Besitosss
Así fue, asi lo he contado, y aún así espero no olvidar nunca que NADIE TIENE DERECHO SOBRE LA VIDA NADIE.
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