domingo, 22 de febrero de 2009

Confesiones de un soltero de 35 años

Te dije que lo haría aunque solo fuera por los ratos que me haces pasar de ciento a viento. No dejas de soprenderme, buscador de sueños, solitario, single aunque no te guste el préstamo lingüístico.

Por más que intentes convencerme no te veo yo haciendo zapping de teletienda en teletienda buscando ese aparatejo para asar sin grasa, donde no veo yo la novedad pues para asar sin grasa no hay más ciencia que no poner aceite o manteca.
Eso de asar sin grasa se me antoja tan aséptico como el sexo sin amor. Se acaba el "asado", se enchufa la pirólisis, y si te he visto no me acuerdo. Ni rastro de grasa ni de nada, claro.

De tu colección de artilugios de teletienda te noto cierta fascinación por la maquinita esa que te da corrientes por el cuerpo, o descargas, o sacudidas eléctricas, que digo yo que debe ser lo más parecido a una tortura tencnológica eso de pagar contrareembolso un buen puñado de euros por un aparato que te maltrata de manera despiadada, pero es lo que tiene eso de tener el sofá para uno mismo, que no tienes que consultar con nadie si meter o no un trasto más en casa. Por no hablar de la discutible utilidad del aparatito en cuestión.

Me hablabas de la inutilidad de la baba de caracol, y fíjate que ahí discrepo contigo. Estaría de acuerdo en que el nombre del producto no resulta nada atractivo, pero sí deben de serlo las propiedades de dicha cremita a tenor de cómo se le han ido atenuando grietas a las manos de mi contrario a base de la pócima hecha con las babas del cornudo hermafrodita.

Nos une más el tema del colchón, quiero decir, que estamos de acuerdo en que no hay comparación entre el viscolatex natura, y esos otros que se hinchan con bomba como el que infla la rueda de una bici. Yo tuve uno de esos, y he de amitir que cumplió con creces la espectativa de amortiguar los latigazos de las fiebres más altas, pero acabó convertido en algo parecido a una medusa gigante tendida al sol cuando aún nos hubiera hecho falta seguir disfrutando de su tacto ondulante durante algún tiempo más.

Quorum respecto al tema de los cuchillos, a pesar de que nunca he comprado uno en la teletienda, más que nada porque dada mi torpeza manual -para algunos menesteres- tengo la sensación de que se me enredarían entre los dedos tomando viva propia hasta la cuchillada cruel y sanguinaria. Qué miedo. Yo me apaño a las mil maravillas con mis cuchillos de Ikea, y alguno de Mariscal y otros con menos nombre y sin embargo más dientes que un cocodrilo.

Adorable soltero mío, no hemos hablado sin embargo, de cacerolas y sartenes, quizás por esa destreza tuya de cocinar filetes y pescado en esa plancha que lo mismo sirve para hacerte unas tostadas que para dorar un rodaballo, sin grasa, claro.

Reniegas de la Thermomix, y me temo que por mucho que pongas de excusa el precio, la causa de tu rechazo no es otra que la de cogerle el gustillo a la "cocinera" y no encontrar motivo para que otra menos eléctrica y a ser posible con delantal, te prepare unos buenos pucheros, albóndigas caseras y tortilla de patatas con cebolla.

Nos han quedado en el tintero de la venta televisada el rallador de frutas y verduras, los envasadores al vacío, el enchufe exterminador de ratones y cucarachas, la tabla de abdominales, el quitapelos a pilas, el elevador de tetas, las fajas reductoras y tantos objetos de utilidad caduca.

No veo más utilidad en cada uno de ellos que la de matar el gusano de la soledad más desesperante a golpe de 4B. Supongo que es menos probable que en un casa con churumbeles, hipotecas, lavadoras, lentejas que se pegan y demás rutinas, que el espectáculo friki de todos esos anuncios haga mella.

No formas parte del perfil, pero ya ves, querido, nunca dejas de sorprenderme. Ni siquera cuando intentas convencerme de que tras un traje impecable se esconde la camisa imposible del soltero de 35 (años) que pone la colada a regañadientes, y tal cual la quita de la cuerda, cuelga las camisas, enrolla los calcetines e intenta que los calzoncillos se plieguen de manera asimétrica sin pasar por la plancha. No se te vaya a ocurrir confundir las rodajas de calabacín con las mangas de una camisa cuando enchufes tu Tefal, no la de vapor, sino esa otra en la que tuestas tus rebanadas de pan con colcha de queso. Es broma, claro.

Dejamos para otro día la tristeza, el existencialismo, la oscuridad y esa sensación de apatía que con la edad se apodera de uno, -especialmente los domingos de invierno- a pesar de las palomitas. Cuando la manta del sofá se estira demasiado y el propio sofá se vuelve inmenso hasta parecer que de un momento a otro ta va a engullir. Dejamos la sencillez, la bondad, el humor hilarante, esa vis canalla de la que dices no ser consciente y que te hace parecer aún más canalla si cabe...

Algo ha llovido desde aquella primera vez que nos vimos, llevabas una camista que era toda una declaración de principios, decía algo así, "lo mismo plancho un huevo que te frío una camisa"...

Pues eso


1 comentario:

Anónimo dijo...

Bueno....

Yo flipooooooooooooo. Como has podido olvidar el invento que todo soltero tiene en casa, en su mesilla..., el penis enlargment..., jejej. Madre mia, como dice la del anuncio.., a mi me gustan grandes, juas, juas, juas.
Respecto a todo lo demas, ya sabes q es dificil que discutamos en algo.., si hasta en el tema del colchon andamos a la par.., yo latex, tu viscolastico pero a ninguno nos gusta el de inflar. Demasiado impersonal diria yo.
Lo de single..., concepto anglosajon que significa que ligas menos que los ropper.., dejemoslo ok? Sabes que odio ese vocablo absurdo inventado por las multinacionales para promocionar lujosos cruceros por el mediterraneo repletos de gente solitaria con el unico afan de echar un ..., vale, vale..., me callo.
Pues nada.., un placer ver como una idea surjida de una conversacion sin sentido puede alumbrar una pagina de un blog y ser el origen de un articulo la mar de divertido.
Reinamora..., lo has bordado.