lunes, 24 de noviembre de 2008

Chocolomo




- Cada día estás más guapa. Déjame que te de un beso.

Mi chico estaba a escasos metros, mirando sin querer ver, pero hubo un momento en el que ya no pude evitar enredarme en sus labios y zanjar con ese beso una deuda... y enterrar de por vida todas las balas cruzadas de una guerra que yo no empecé.

Nos fundimos en un beso nada apasionado, fue un beso pausado, tranquilo, un beso muy distinto de aquellos otros que algún día nos dimos. Eso fue el sábado.



Esta mañana me desperté con otro sabor... era Abdel, ese moro precioso que se marchó sin que le echaran y volverá sin que le llamen...

Mañana... no sé...

No me preocupa mi subconsciente, ni mucho menos, pero en mis últimos sueños voy a cuerno por noche... será que desde que ví ese documental el viernes mis neuronas se distraen en la fase REM y dan rienda suelta a una suerte de deseos de los que despierta no me siento dueña.

Por suerte, al abrir los ojos, descubro que quien me abraza es mi amor y sus labios los que buscan los míos y esa frase que tanto me gusta escuchar a las 6 de la mañana:

-Cariño, no te vayas, quédate conmigo.

Claro que me quedaría, pero la obligación se antepone al deseo (a veces) y tengo que dar un brinco de la cama como poseída por el ritmo rakatanga, y pensar con la cabeza, que a poco que me entretenga ya ficho tarde. Fichar es un gesto casi alienante, pero fichar a las 7'13, además, es inhumano.


Tiene eso de soñar un capacidad misteriosa de hacerme vivir momentos inimaginables en la realidad. Aún recuerdo aquel sueño de juventud en el que Don Johnson llamaba al timbre de mi casa y aparecía con mi padre, y yo absorta, incólume, agilipollada perdida, loca por salir corriendo a la calle y decir que el rubio de Corrupción en Miami había estado en mi casa porque trabajaba con mi padre. O aquella noche que me repasé a mi Miguelito (Bosé) en contra de cualquier indicio de homosexualidad. Madre mía, que noche la de aquel sueño, que ese hombre no dejó parte alguna de mi cuerpo sin recorrer con su lengua.

Chocolomo en estado puro.

Conozco mucha gente que dice que no sueña, y otra mucha que no lo recuerda, bueno, pues yo tengo varios sueños, los recuerdo casi siempre, y a veces hasta me alegran la vida. También es cierto que en sueños he vivido situaciones menos placenteras por no decir angustiosas, pero claro, me quedo con los que me interesan, hasta a veces, he probado a intentar soñar algo... y lo he conseguido!


Dicen que el sueño está relacionado con los pensamientos, de modo que de saber interpretarlos podrían servirnos de ayuda, digamos que son como pistas que nos deja el subsconciente, y aquí es donde viene lo gordo. Porque claro, una cosa es que en un momento determinado, tengas un refregón onírico triple equis con el macizo de turno... pero esta racha... esta racha es pa que me estudien!


Claro, así me pasa, que me levanto más cansada de lo que me acuesto, toda la noche trajinando... así no hay quien pueda.


De poder elegir, esta noche cambiaría un 69 por unos masajes menos íntimos y más relajantes, que mañana echo horas y no tengo yo la almeja pa tanta fideuá... así que Morfeo, haz el favor de ser indulgente conmigo y déjame caer en tus brazos (y en otros) martes, jueves y sábado... el resto de la semana, ya voy servidita con lo mío.

2 comentarios:

Cris dijo...

Reina!! si te sirve de algo...yo sueño mucho y me acuerdo siempre jeje, eso si, no tengo la suerte de tener esos sueños tan erotico festivos...

ReinaMora dijo...

Todo es ponerse...!