Nunca me has caído bien y nunca has hecho nada para que cambiara de opinión, casi al contrario, a pesar de que yo hiciera el agotable esfuerzo de darte una oportunidad tras otra aunque esas oportunidades no fueran para mi. No te puedo comparar, bueno, sí podría hacerlo, pero saldrías perdiendo, pero del mismo modo que si no lo hiciera.
Fíjate, que tenías muy fácil ser con ella algo más solícito que Carlitos, pero nada. No has hecho más que cagarla una y otra vez con esos desprecios que casi me duelen tanto como a ella. Estabas avisado, a veces, donde no llega la sangre llegan otros hilos. No te quiero ni en pintura. Lástima que entre Vallecas y Valdemoro no haya 600.000 kilómetros de distancia para que casi no existiera la posibilidad de que algún día pueda toparme contigo, porque no quiero verte a una distancia menor que esa. Si fuera posible, hasta pediría una orden de alejamiento, fíjate lo que te digo. Tu sola presencia me incomoda.
Es que ni quiero enterarme de qué es lo que hay detrás de esa cara de campurriana -aunque el bautizo llegó tarde, nadie podría haberte puesto mejor nombre- ni pienso hacer nada por saberlo, pero a mí, querido (lo de querido es sólo una forma de hablar) no me la das.
Sigue con tus arrugas y esas dobleces que hacen de tí un ser absolutamente turbador y peligroso, fíjate, a pesar de esa cara de torta de harina, de paleto inofensivo, de gilipollas. Ya lo he dicho.
Vuela. Olvídate y pega la vuelta, please, no pongas las cosas más difíciles, que ya me encargaré yo de que no parezca una desgracia, porque no lo es. Qué va, es lo mejor que podría pasar. La mejor forma de no celebrar ese aniversario que nunca debió existir, fue que no vinieras, en eso estoy contigo, pero siempre y cuando eso signifique que no volveré a verte el pelo, que por cierto, chato, a ver si te pegas un tinte, si quieres, te mando a la peluquería de mi Angelito, el mismo que te bautizó, que te va a dejar niquelao... ah, no... que en mi barrio no queremos gente como tú, y mi zalamera no tiñe a fantasmas del tres al cuarto.. así que búscate un Marco Aldany... o mejor aún... cómprate un bosque en Bulgaria, y te pierdes, y que te busquen tu puñetero padre y la Rosichu, si es que tienen ganas.
No me he quedado tan a agusto como si hubiera podido decírtelo a la cara (cara de campurriana, te lo han dicho alguna vez?), pero claro, para eso, hay que tener güevos, y tú, hasta donde yo se, andas escaso de eso, tanto como de otras cosas... y me callo... pero sólo por ahora... porque tengo una empanada en el horno y cosas mejores que hacer que seguir hablando de tí... pero vamos, que si eres tan listo para interpretar una mirada como para jugar con los sentimientos de la gente, no te habrá costado nada ver en mis ojos la naúsea que provoca tu presencia y esos gestos, tan tuyos, tan ruines, tan de quinta, tan... que te pires, chaval!
1 comentario:
la campurriana...se esfumó
Publicar un comentario