Viernes otra vez. Los viernes, como ya he dicho tantas veces, me ponen. Anoche, cuando me llamó mi "enana" para decirme que ya había finiquitado su historia interminable me acosté con las satisfacción de saber que el final del día había merecido la pena, y que como no podría ser de otra manera, el viernes prometía un buen comienzo.
Os diré, queridas perras, que esa llamada se produjo justo... en ese momento justo, pero una, que tiene tanto de amiga como de amante, supo llevar a buen término ambos deberes. Por fín la campurriana quedó espachurrada en el fondo de la taza. Una campurriana no da para más, o te la comes cuando te la tienes que comer, o se reblandece y se convierte en una suerte de blandiblub marrón, como la propia mierda, y viscoso... como un chicle después de una hora en la boca de un cocodrilo...
Te has librado de mi... y yo de tí... qué suerte hemos tenido los dos... yo, por perderte de vista, y tú porque te has librado de la peor de mis sonrisas... esa que podría haberte amargado la noche de mañana... en la que no habría espacio ni lugar para tí.
Mi querido y sin embargo petulante Víctor, en uno de sus impagables atrevimientos lingüisticos, arrojó una expresión para dar lugar a esa gente como tú, que por desgracia nos rodea a los que no formamos parte de tu tribu: chusmerío y calañaza.
No sé de cuanto tienes más. Hombre, chusma eres. La chusma es la gente baja. A tí, altura te sobra, y bajeza también. La mentira, el desprecio, la incoherencia, son atributos que te vienen al pelo.
Bravo por mi niña, desde luego, que una vez más (y hace ya mucho tiempo que me parecen demasiadas) ha tenido que enfrentarse a una situación incómoda, que no merecía, que no debería haber vivido.
Me siento orgullosa de tí, admiro tu fuerza, tu tenacidad, tu fé, y esa voluntad demoledora por ponerle buena cara al mal tiempo, por sacar de donde no hay, por mantener día a día esa capacidad asombrosa de seguir viviendo aún cuando la vida te da la espalda una y otra vez. Pero no te quiero por ello, sino por esa capacidad extraordinaria de llegar donde nadie podría hacerlo, y con la moral con la que tú lo haces. Formas parte de mi vida desde hace algunos años, que por muchos que sean nunca serán demasiados.
En fín...
1 comentario:
Ole tu enana, como ya te dije, el lastre impide que los globos suban mas alto, asi que hay veces que hay que dejarlo caer para seguir nuestro viaje, estoy orgullosa de ti y te quiero
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