
A pesar de que la esperanza siempre ha ído asociada al color verde, permitidme la licencia de rabiosa actualidad de conferir al sustantivo otro tono, y por ende convierta en esperanza negra la llegada de Obama a la Casa Blanca. Pareciera esta entrada más una divagación cromática que la exposición personal del hecho en cuestión.En primer lugar, he de decir que del mismo modo que en otros produce rechazo la raza negra, a mí particularmente es una raza que me resulta especialmente atractiva. Tan absurdo es un razonamiento como otro, dicho sea de paso, pero no me rasgaré las vestiduras por opinar sobre mis simpatías.
Decía, que en los albores de la campaña mastodóntica por la lucha al poder de demócratas y republicanos, este hombre, ya presidente de los Estados Unidos, llamó mi atención. Sólo una atracción física. No descubro nada al decir que Barack es un tipo elegante, apuesto y de sonrisa formidable. Es para tener en cuenta que un político sonría. Me parece elegante en su forma de gesticular, de caminar, incluso cómo ladeaba la cabeza en señal de oposición a los discursos de sus contrincantes. Si, me gusta. Pero de nada valdría que a la cabeza de la que llaman primera potencia mundial figurara el mísmisimo George Corraface, u otro bello de mi álbum particular de amantes imaginarios, si el único sustento fuera la vacuidad de unos rasgos afines a mi gusto por los hombres guapos.A este advenedizo le precede un currículo vertiginoso, pero obviaré esos detalles, porque "no he venido aquí a hablar de su libro", parafraseando al casi siempre genial Umbral.
Antes de la americanada de ayer, a la que dicen que asistieron dos millones de personas, he imaginado más de una vez una bala perforando de un trallazo la frente chocolateada de este tío guapo y presumiblemente bueno. Dos millones de personas, la verdad, me parece poco o será que en España somos más proclives al arrejuntamiento; por aquí, cualquier desfile del "orgullo" o celebración del día de la familia (de bien) supera en número al público americano de ayer tarde.
Será que a fuerza de prohibir en otros tiempos la algarabía callejera, hemos desarrollado un ramalazo de pasacalles que sacamos a relucir a poco que la ocasión lo requiera.
Decía, y no quisiera ser agorera, que no soy la primera ni la única que piensa que a este hombre se lo cargan.Leí esta mañana que no asistió al acontecimiento de la toma de posesión uno de los máximos exponentes del FBI, por si el asunto del atentado prosperaba y el hawaiano moría asesinado antes de jurar el cargo. Sí, hawaiano, a pesar del "Hussein" de apellido, eso dicen los detalles más anecdóticos de su biografía.Tiene muy fácil hacerlo mejor que su antecesor, y son demasiadas las esperanzas puestas en él.
Decía, y no quisiera ser agorera, que no soy la primera ni la única que piensa que a este hombre se lo cargan.Leí esta mañana que no asistió al acontecimiento de la toma de posesión uno de los máximos exponentes del FBI, por si el asunto del atentado prosperaba y el hawaiano moría asesinado antes de jurar el cargo. Sí, hawaiano, a pesar del "Hussein" de apellido, eso dicen los detalles más anecdóticos de su biografía.Tiene muy fácil hacerlo mejor que su antecesor, y son demasiadas las esperanzas puestas en él.
No debe ser fácil llevar la batuta de un pais sobre el que pesa un popular dicho "cuando América estornuda, el mundo se constipa"
Ayer recibí este mensaje en el móvil: "al fin nos libramos del hijo de la gran p... de Bush. Yo soy Obamista y espero que con él todo de un cambio a mejor y que nos llegue un poquito". Yoly, querida, sólo por ver ese momento en el que Bush y su sufridora toman rumbo a ese rancho de Texas del que nunca debió salir, habría merecido la pena que incluso Espinete hubiera jurado el cargo a las puertas del Capitolio!
Un dato: el vestido de la señora Obama lo firma una diseñadora cubana. El aviso tiene doble sentido, claro, uno es no encargarle nada a la diseñadora caribeña que convirtió a la mastodóntica Michelle en una suerte de kiwi gigantesco, el otro... tiene cierta connotación política que me ha llamado la atención.
Y una frase: "una nación no puede prosperar mucho tiempo si favorece sólo a los ricos"
Definitivamente, a mí Obama me pone.
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