Se quedó en conato de chupinazo prenavideño el ágape toledano, pudo la lluvia por encima de las ganas, que eran muchas. El menú, migas manchegas, carnes a la brasa, potaje de alubias, dulces típicos de la zona... la menda había preparado un par de tortillas de patata y sus correspondientes pimientos fritos y la socorrida empanada... pero ya digo, que no pudo ser... bueno, no pudo ser en Urda, pero la improvisación nos reunió bajo techo en la casa de MI TIA, así, con mayúsculas, porque tías tengo muchas, pero claro, no todas son iguales...
Allí hubo atracón, claro, surtido de ibéricos extremeños y esos quesos de la zona... umm... vino de pitarra de cosecha propia, aceitunas de Jaen, gambones "como demonios", chuletitas al ajillo, lomos de bacalao con gambas, almendrados, pastelillos de coco, hasta madroños, que ni había visto nunca sobre el plato ni había probado. Más bonitos que jugosos, algo ásperos al paladar, los imaginé por un momento flotando espachurrados sobre un jarabe mucho más apetecible que su textura en crudo... A buen seguro que si los madroños hubieran llegado acomapañados del oso, habría acabado descuartizado y asado en ese horno que pide a gritos una muerte súbita, ay la pirólisis! Lo mejor, sin duda, el atracón de mellizas... me las comoooo!
Sal de fruta, almax, omeprazol y hasta un buen orujo para ayudar en la digestión son buenos aliados en estas fechas tan proclives al estomagicidio, palabra que me acabo de inventar, pero que no necesita muchas explicaciones.
Yo tengo por costumbre darle a la alcachofa y al espárrago para compensar estos desajustes más gastronómicos que alimenticios, pero mi contrario dice -y no le falta razón- que con tanto espárrago nocturno (léase en la cena post-atracón), micciona con una frecuencia incontinente y altamente aromática, en fin...
No nos hemos recuperado de una y el viernes comida con los compañeros, atrás quedaron las comidas de empresa en las que se hacían cábalas en el arqueo y la comida (y las copas) las pagaba ese ente sin nombre llamado empresa... qué manera de involucionar, por dios!
Poca mano ha tenido la organizadora del evento, eligiendo de entrantes jamón ibérico de bellota, huevos rotos con jamón, salmorejo, y revuelto de morcilla con piñones... aunque me queda claro que el jamón le gusta muchísimo... y debe andar escasa de huevos... segundo a elegir entre lomo de buey y merluza a la bilbaína con almejas... en fin... y elige la susodicha copita de sidra, no hombre no! La sidra está muy bien... pero un cava semiseco es el mejor broche para estos eventos que tienen más de chupapolleo que de compañerismo... este año, con razón de más...
Y el sábado, la cena en casa... aún ando formulando un menú apto para todos contando con que todos, somos una persona que odia el pimiento, una vegetariana, otra que se lo hace, una embarazada, tres trituradoras ( dos mas una) una golosa empedernida... y un resto de gustos más o menos normales... Mi apuesta, aún no cerrada, pasa por un paté de perdiz de Cazorla que es una maravilla, una alcachofas salteadas, brochetas de sepia, pinchitos morunos, pastel de ahumados y alguna locura de las mías, como las cucharas de queso fresco con aceite balsámico, o ensalada de rúcula y canónigos con frutos secos... depende de las ganas...
Porque una cena, es mucho más que una cena... es tunear el salón para acoplar una docena de personas dónde comen dos, esa trasiego de platos de un lado a otro, el mantel impecable, alcohol para todos los gustos, una iluminación adecuada, una música que acompañe y no distraiga, la temperatura ideal para no sudar como un pollo después del primer vino y no frotarse las manos al entrar en la cocina...
Esto no ha hecho más que empezar... socorro!
1 comentario:
Todo muy rico, las nenas como corderitos asados, pa comerselas y chuparse los dedos, están de dulce
la compañia lo mejor
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