Inicia su vuelo sin retorno
un roce de labios
casi tan leve como tu ausencia,
casi tan abrupto como aquellos otros roces...
Pirueta indescriptible
que se arremolina,
así es el peso de un vacío
que llenas sólo por existir
que alimentas aún cuando la hambruna no existe.
Una mancha sobre otra,
adherencias sexuales
no tan lejos del amor,
no tan lejos...
y nada cerca.
Mi regalo sería una caricia
envuelta en arrepentimiento,
o no,
quién puede saberlo,
nadie más que yo.
Tus velas de luz caducada,
finita, breve,
en nada se parecen a las que se encienden
en la sombría caverna del deseo indeseable
del frío que más quema
del calor que congela el alma,
y sin embargo
prenderé al tiempo una llama
por tí.
Hay ecos que retumban como un disparo,
hay disparos que van directos al hueso
rasgando la piel,
convirtiéndose en cicatriz,
marca, costura, abrigo, equipaje
de por vida...
mientras dure el viaje,
más allá quizás...
Mi senda incurre
en el delito de la incompresíón,
sígueme de abajo arriba
de derecha a izquierda,
y no te quedes con las ganas de saber...
Senza di te... Com te... Roma
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