martes, 7 de octubre de 2008

Tonos, politonos, sonitonos y gilitonos (I)


Hay días en los que nada me resulta más apetecible que escurrirme bajo el edredón y olvidarme de que el mundo existe y el tiempo es imparable. Esos días, realmente, son casi todos.

Curioso misterio el de la naturaleza humana, que es muy capaz de quebrantar los sueños más lunares a golpe de despertador, por eso en el mío, el del móvil, tengo una sintonía para la alarma que es el no va más.

Ya que no puedo acostarme con Miguel Bosé (no por nada, sino porque no hemos coincido... jejeje), al menos me levanto con él. Que no es lo mismo, ni mucho menos, que oir el quiquiriquí metálico que una ex-jefa tenía el suyo... o esa melodía, por llamarle algo, de la niña de El Exorcista, que dan ganas de ponerle una bomba lapa en la batería al puto móvil que lo lleva.

Esto de las melodías de los móviles da mucho juego. Yo, qué quieres que te diga, me fijo mucho en esas tonterías, porque intento averiguar del dueño las pista que se me antoja va dejando a su paso al alegir un tono u otro. Por esa misma regla de tres, sería muy fácil averiguarme a poco que alguien prestara atención a mis tonos: los tengo personalizados y por grupos... pero este tema da para mucho... y hoy ni tengo ganas... así que, otro día me pongo, y le hago la autopsia....

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