lunes, 6 de octubre de 2008

Estoy harta de tanto frotar...




y de que aún frotando no entre en calor, de que no me toque una primitiva liberadora que asesine la hipoteca sin compasión, de no comprender tanta estulticia a mi alrededor, de no saber qué decir cúando alguien me pregunta "estás casada"?...

Esencialmente mis hartazgos no suelen ser tan mezquinos, hay cosas mucho más importantes, pero me afectan menos, y a veces, - y esto es algo que se aprende con la edad- hay que ser un poco egoista.

Ayer aprendí una palabra. PERIGUAYO. Creo que la ví en el blog de Pedro Almodovar. Periguayo... es la adaptación al castellano de "Party Watcher"... o lo que sería lo mismo, el que va a las fiestas a mirar, el gordo del guateque, la fea... y llego a la conclusión de que tod@s llevamos un Periguayo de esos dentro. Lo que mola es darte cuenta cuando has dejado de serlo, o lo que es aún más fascinante, cuándo aún siéndolo, te sientes como una dama de hielo inalcanzable y divina en mitad de la fiesta... aunque esa sensación apenas dure un instante.

Los Periguayos movemos el mundo, mientras los demás posan para Vanity Fair...

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