domingo, 24 de mayo de 2009

El principio de isostasia

Explicado de manera burda y fácilmente entendible, el mencionado principio que da título a esta entrada consiste, en que si la Tierra, por poner un ejemplo, fuera una naranja, y hundiéramos el dedo por una de sus partes... por otra de ellas saldría el dedo en proporción similar. Vamos, que si le hago un agujero de 5 cm de profundidad, habrá un parte por la que saldrán esos 5 cm.

A veces no sé por qué relaciono esta teoría con algunas prácticas y saco conclusiones muy dislocadas, pero me divierte pensar que esos diez -o quince, o veinte- centímetros no se pierden y van a parar a algún sitio, quizás donde nadie los espera. No sé a cuento de qué viene esto, quizás sólo el hecho de haber caído en la cuenta de que no he llamado a Victor -siempre me pasa igual, su paciencia es ilimitada- me ha traído el recuerdo de su verborrea notable y su capacidad de ilustrar con palabras todo aquello cuando por su cabeza pasa.

Recuerdo una tarde de verano, en la terraza del Bulevar, donde se sucedían lo mismo un malabarista con bolas de fuego que un bohemio tocando la guitarra y aquel relato de Victor que me contaba algo aparentemente tan simple como un paseo en barca y yo imaginaba gracias a ese don de lenguas como una expedición marítima a la altura de Cocteau."De pronto vimos aparecer bajo la luz de la luna un manto plateado, era un banco de sardinas arremolinándose alrededor de nuestra barca"

Ay Victor...!

No hay comentarios: